La historia de Joe fuera de la cárcel (Pt. 1)
Pelipost es algo más que una aplicación para enviar fotos a tus seres queridos encarcelados. Pelipost tiene una historia, como la tuya. Estamos encantados de compartir nuestra historia contigo en nuestra nueva serie PeliPeople. Esta es la primera parte de la historia de Joe fuera de la cárcel. (Lea aquí la historia de Becky dentro de la cárcel)
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"No sabía qué demonios hacer. No era sólo mi madre la que cumpliría condena, sino yo también. Estábamos oficialmente juntos en el sistema. "
-Joe Calderón
Mientras crecía en San Diego en los años 80, la familia Calderón vivía el pintoresco sueño americano. Un matrimonio feliz, buenas carreras, coches nuevos y una casa preciosa. En enero de 1989, dieron una feliz bienvenida a su primer hijo, Joseph. Lamentablemente, las alegrías de la paternidad se hicieron añicos un mes después de nacer Joseph, Becky recibió un diagnóstico de cáncer terminal. Los médicos le dijeron que tendría suerte si vivía para verme cumplir 5 años.
La infancia antes del encarcelamiento
Mientras mi madre luchaba contra cirugías, quimioterapia e intensas radiaciones, decidió dedicar el tiempo que le quedaba a proporcionarme la mejor infancia que podía ofrecerme. Estuvo llena de diversión, fiestas de cumpleaños, vacaciones familiares, deportes y mucho amor.
Lamentablemente, con el paso de los años, las dificultades de la vida hicieron mella en mi familia. Esto incluyó dificultades financieras, la pérdida de nuestra casa durante la Gran Recesión, y el colapso del matrimonio de 21 años de mis padres. Además de eso, los problemas legales de mi madre la llevaron a una batalla contra el alcoholismo mientras intentaba superar sus circunstancias bebiendo.
Mamá condenada a prisión
En octubre de 2010, nuestra familia soportó la última dificultad. Mi madre (Becky) llegó a un juzgado de San Diego para lo que creía que sería una sentencia de arresto domiciliario, sólo para descubrir que no volvería a casa. Su abogado le prometió una sentencia indulgente porque nunca se había metido en problemas y había cometido un "delito de guante blanco". Para nuestra conmoción y sorpresa, el juez la condenó a 3 años de prisión y ordenó su encarcelamiento inmediato. Desde fuera, no podía creer que mi madre fuera a ir a la cárcel.
Yo estaba en la universidad y apenas conocía el sistema judicial. No esperaba que mi madre acabara en la cárcel, sobre todo antes de poder despedirme de ella, darle un fuerte abrazo y decirle que todo iba a salir bien.
Las familias acaban juntas en el sistema penitenciario
Mi mundo cambió al instante y sentí una ENORME cantidad de presión y estrés. No sabía qué demonios hacer. No era solo mi madre la que estaría cumpliendo condena, sino yo también. Estábamos oficialmente juntos en el sistema. Literalmente me desperté un día con todo "normal" y me fui a la cama con mi mundo completamente en caos.
Poco después de ingresar en prisión, trasladaron a mi madre al Centro de Mujeres de Chowchilla, California (a 8 horas de distancia). Su cáncer había reaparecido mientras estaba encarcelada y necesitaba un centro con una sala médica completa para continuar su tratamiento. Este fue el comienzo de uno de los desafíos más difíciles que mi madre y yo jamás soportaríamos...
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